20061212

La Corbata (II)

Últimas tendencias de las corbatas



Oscar Wilde dijo algún día que "una corbata bien anudada es el primer paso serio de la vida". Pero por más Wilde que sea, su frase parece volverse cada día más anacrónica.

Tan anacrónica como el sombrero de copa que por estos días sólo se usa en fiestas de disfraces en las carreras de caballos en Inglaterra, especialmente en Ascott.

Y no es que lo reconozcan sólo los mochileros sino el propio jefe del servicio público del Reino Unido, Sir Andrew Turnbull.

Durante la inauguración del Colegio Nacional Británico de Gobierno esta semana, Turnbull dijo que los servidores públicos ya no tienen la obligación de usar corbata "siempre y cuando se vistan lo suficientemente elegantes como para no perder autoridad".

"Obviamente esto no significa que la gente pueda ir ahora a trabajar en jeans y zapatos tenis porque perderían credibilidad, pero desde que se vean lo suficientemente bien vestidos, nos es necesario que se pongan la corbata", dijo.

La nueva regla incluye a todos los funcionarios de los ministerios británicos, sin importar su rango.



Turnbull, a quien hasta donde se sepa no se le ha visto públicamente sin corbata, ha recibido ya muchas voces de respaldo que van desde el sindicato de trabajadores estatales hasta el influyente cuerpo de élite de la administración pública.

Los amigos y defensores de la corbata ya habían mirado con preocupación la denuncia de un trabajador público que demandó al estado británico por discriminación sexual porque como hombre tenía la obligación de usar camisa y corbata mientras que las mujeres no.

Aunque la demanda no prosperó, la insatisfacción quedó registrada en los papales de la justicia y después del anuncio de sir Andrew Turbull, en el Reino Unido, ya no habrá necesidad de ir a los tribunales para protestar por el uso de la corbata.



La nueva moda

Pero la tendencia no es sólo británica. No hay que olvidar que hace pocos días, el gobierno japonés lanzó una campaña para convencer a los trabajadores de oficinas a dejar de lado sus sacos y corbatas y así ahorrar en aire acondicionado.

La campaña ha dado lugar a situaciones insólitas en Japón. Un miembro del gabinete fue visto mientras vestía una llamativa camisa hawaiana y varios ejecutivos de alto nivel han empezado a estrenar ropa ligera.

Hay quienes ven en esta tendencia el comienzo del fin de la corbata, pero hay que tener en cuenta que a finales del siglo XIX muchos argumentaron lo mismo porque no parecía tener sentido llevar un trozo de tela amarrado al cuello.

Claro que estos muchos estaban en Gran Bretaña y se puede ser suspicaz, pues el origen más claro de la corbata se encuentra en la archirival Francia.

A mediados del siglo XVII, el rey francés Luis XIV, inspirado en unos pañuelos de colores que utilizaban en el cuello un regimiento croata, diseñó para su guardia personal un pañuelo con la insignia real y al que denominó cravette, que significa croata.

La idea pronto se extendió, llegó a Inglaterra donde deslumbró a muchos, sobre todo a Oscar Wilde.

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